Los mercados europeos, incluyendo el Ibex 35, CAC 40 y DAX, afrontan un lunes lleno de incertidumbre, en una semana que se caracteriza por la presencia de datos macroeconómicos significativos y el seguimiento de las tácticas de los bancos centrales.
En palabras de Javier Molina, analista sénior de mercados para eToro, los analistas de los grandes bancos de inversión han errado nuevamente en sus predicciones. Sin embargo, la reorientación que están adoptando ahora, junto con la tendencia general de flujos hacia el riesgo, está generando preocupación entre aquellos que han aprovechado el mercado alcista. En el caso del S&P 500 y el transcurso de 2023, esto representa un incremento de casi un 20% a finales de julio.
Molina indica que este cambio de sentimiento, ya en zona de euforia con un VIX en mínimos, constituye una señal de cautela, particularmente cuando se combina con la expansión de múltiplos en ciertos sectores como el tecnológico, resultados medios que superan las expectativas y la entrada de flujos en formato «FOMO». Esta situación invita a mantenerse en el mercado, pero siempre listos para activar el paracaídas.
Los expertos de Renta 4 (BME:RTA4) advierten que, aunque los beneficios empresariales se han estabilizado y las revisiones a la baja se han detenido, todavía hay incertidumbre sobre si estos cambios son definitivos y si se puede comenzar a descontar una recuperación de los BPAs para 2024. En este contexto, se mantiene una postura cautelosa a la espera del impacto final de los fuertes aumentos de los tipos de interés en la economía real.
En lo que respecta a España, a pesar del potencial atractivo del Ibex, el complicado panorama político que surge de las elecciones del 23 de julio podría resultar en un rendimiento inferior al de otras bolsas hasta que se aclare la situación, añaden estos analistas.
En términos técnicos, y dado que las elecciones no han alterado la tendencia predominante, el objetivo continúa siendo superar los 9.650-9.680 en el Ibex 35. Si se logra, se apunta a los 10.000 puntos como objetivo final. Si se pierden los 9.500, el siguiente soporte estaría en los 9.250, y por debajo de eso, directamente en los 9.080, que se considera el verdadero soporte que no debería perderse para mantener un objetivo alcista, concluye Molina, de IG.
Fuente: investing