El jueves, en las primeras transacciones europeas, el dólar estadounidense mostró signos de estabilización. Esta reacción sigue a notables pérdidas experimentadas durante la semana, atribuibles a las crecientes indicaciones de una desaceleración en la economía de EE.UU., lo que parece reducir las posibilidades de que la Reserva Federal continúe incrementando las tasas de interés.
A las 03:10 ET (07:10 GMT), el Índice dólar, que mide la fuerza del dólar contra un conjunto de seis monedas principales, registraba un aumento del 0,1%, posicionándose en 103,162. Esto, después de haber experimentado una caída cercana al 1% durante la semana.
Una de las razones principales para esta debilidad en el dólar ha sido la evidencia de una ralentización en el gasto y la contratación laboral en EE.UU. Estas tendencias han provocado que los inversionistas reduzcan sus expectativas sobre posibles aumentos en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal en el futuro próximo.
La atención de los mercados está puesta ahora en los próximos informes de gasto personal y nóminas no agrícolas. Estos informes, programados para ser publicados próximamente, proporcionarán una visión más detallada sobre la situación económica de EE.UU. y posibles futuros movimientos en su política monetaria.
No obstante, es importante destacar que, en el transcurso de agosto, se prevé que el dólar aumente en un 1%, impulsado por la percepción de que las tasas de interés seguirán altas por un período prolongado.
Según los expertos de ING, aunque ciertos datos laborales han ejercido presión sobre la cotización del dólar, todavía no hay evidencia clara que señale un cambio en la postura agresiva de la Reserva Federal. Las tendencias definitivas se manifestarán dependiendo de las próximas cifras laborales y si éstas muestran una desviación significativa de las expectativas.
En otro ámbito, el yuan chino experimentó una caída tras la divulgación de su PMI, mostrando que el sector manufacturero de China se redujo por quinto mes seguido en agosto. Aunque esta reducción fue menos pronunciada de lo esperado, la actividad no manufacturera no cumplió con las proyecciones. Estos datos reflejan el complicado panorama de la principal economía de Asia, que lucha contra una demanda decreciente y una potencial crisis en el sector inmobiliario.
Mientras tanto, la libra esterlina (GBP/USD) y el yen japonés (USD/JPY) mostraron movimientos diversos. La primera experimentó una caída marginal, mientras que la segunda tuvo un ligero aumento, influenciada por datos económicos locales.
En resumen, mientras que el dólar muestra signos de estabilización, varios factores externos e internos, desde datos económicos hasta expectativas de política monetaria, siguen ejerciendo presión y definiendo su comportamiento en los mercados globales.
Fuente: investing