El dólar estadounidense experimentó un ligero retroceso este miércoles, aunque mantiene buena parte de las ganancias recientes, gracias al apoyo proveniente de un repunte en el rendimiento de los bonos de Estados Unidos. Al mediodía, el índice que refleja el comportamiento del dólar frente a seis monedas importantes registró una caída del 0,2% ubicándose en 106,80, sin alejarse demasiado del pico de 11 meses que había alcanzado el día anterior con 107,34.
Un factor que ha impulsado al dólar ha sido el inesperado aumento en las ofertas de trabajo durante el mes de agosto. Esta alza se interpreta comúnmente como una muestra del apetito por la contratación, contrarrestando la percepción de un posible enfriamiento en el mercado laboral estadounidense. Un mercado laboral más fuerte podría aliviar el aumento en los salarios.
No obstante, la solidez en el empleo ha generado cierta alarma entre los inversionistas, llevándolos a pensar que la Reserva Federal podría mantener altas las tasas de interés por más tiempo. Esto, a su vez, ha propulsado los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 y 30 años a cifras que no se veían desde 2007.
La moneda japonesa, el yen, enfrenta sus propias presiones, manteniéndose por debajo de los 150 yenes por dólar. Tras caer por debajo de esa marca, experimentó un repunte temporal, generando especulaciones sobre una posible intervención de las autoridades japonesas para frenar la depreciación del yen. Sin confirmar ni desmentir dichas intervenciones, el ministro de Finanzas de Japón solo declaró estar listo para actuar ante cualquier volatilidad extrema en el mercado de divisas. Vale mencionar que el yen ha perdido alrededor del 14% de su valor frente al dólar este año, mientras el Banco de Japón sigue con políticas monetarias expansivas y la Reserva Federal opta por incrementar las tasas.
En Europa, el euro ha tenido un leve repunte frente al dólar, aunque no ha logrado distanciarse significativamente de sus mínimos recientes. La libra esterlina también ha ganado algo de terreno frente al dólar, alejándose de los bajos niveles que registró recientemente.
Por último, el dólar neozelandés experimentó un descenso tras la decisión del banco central de Nueva Zelanda de mantener sus tasas de interés en el 5,5%. Esta decisión se basa en la creencia de que los incrementos previos en las tasas están comenzando a frenar la inflación. Actualmente, la moneda neozelandesa se encuentra en su nivel más bajo en casi un mes.
Fuente: investing